Lema:
"Todos podemos ser una luz en la obscuridad."
Misión
La misión de Abrazo Ágape es acompañar y brindar a la comunidad servicios, educación, recursos de apoyo en duelo para que su corazón quebrantado pueda encontrar de nuevo la paz y la esperanza. Abrazo Ágape ha ayudado a cientos de dolientes en su viaje a la esperanza, el crecimiento y la sanación.
Visión
En el 2026 seremos una organización sustentable financiera y operativamente; contando con las herramientas necesarias para que los dolientes encuentren esperanza y sentido a sus vidas.
Como lo hacemos?
1. Acompañamiento personal:
Acompañar en su duelo a el doliente en sufrimiento con amor y desinterés, en escucha atenta, permitiendo el desahogo y brindando consuelo
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Primer Contacto: Datos completo, contactarlo ASAP y hace cita para la primera escucha.
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Escucha: Presencial o Virtual. Acompañar en silencia y escucha para que el doliente exprese su sentir mientras recupera el animo y confianza.
2. Acompañamiento grupal:
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Grupos de apoyo mutuo. Poner en contacto al doliente con otras personas que han estado en situaciones similares, para conversar, apoyarse y compartir estrategias de afrontamiento.
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Talleres de duelo y perdidas (Virtual & Presencial). Acompañar y preparar a los dolientes con amor y empatía de forma estructurada con material de apoyo dinámicas grupales
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Intervention en crisis para familias
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Fomentar la cultura del duelo, a través de cursos para mejorar el conocimiento del duelo. Compartir estrategias de confrontación.
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Intervention virtual, dos llamadas telefónicas previas a unirse al grupo de ayuda mutua.
Oración
Señor, haz de mi un instrumento de tu paz!
Que allá donde hay odio, yo ponga el amor; donde hay ofensa, yo ponga el perdón, donde hay discordia, ponga yo la unión, donde hay error, ponga la verdad, donde hay duda, yo ponga la Fe, donde desesperación, ponga yo la esperanza.
Que allá donde hay tinieblas, yo ponga la luz, donde hay tristeza, yo ponga la alegría. Oh Señor, que yo no busque tanto ser consolado, como el consolar,
ser comprendido, como el comprender,
ser amado, tanto como amar.
Porque es dándose como se recibe, olvidándose de sí mismo como uno se encuentra a sí mismo, perdonando, como se es perdonado, y muriendo como se resucita a la vida eterna.
“San Francisco de Asís”
